Mi pequeño oasis


Desde el día sábado 20 de mayo, estuvimos reunidas las formandas MAR en la casa noviciado, ese día nos reunimos todas en la noche dando apertura a nuestro encuentro con las palabras de nuestra hermana Olga Lucía Pérez quien nos proponía algunos símbolos para que nos acompañaran en estos días de compartir, ellos fueron la luz, simbolizando al resucitado, la Palabra, pues es en ella donde nos tenemos que apoyar y la tierra, como invitación a la disposición de dejarnos moldear por Dios en este tiempo de gracia, en este pequeño oasis.

Este mismo día, por la noche vimos la película “golpes a mi puerta” que marcó todo el encuentro, pues todo iba en consonancia con la temática ofrecida.

Recuerdo que el primer día formal de encuentro nuestra maestra Nieves María Castro Pertíñez  inició explicándonos los criterios de formación y los objetivos. Personalmente me marcó mucho la frase: “cada miembro es responsable” y ciertamente es así;  se nos pueden ofrecer muchas herramientas y métodos pero si no tengo disposición y deseo de acogerlos en mi corazón de nada valen.

Más adelante nos dividimos en grupos para profundizar en los criterios, me correspondieron las convicciones y las acciones, confieso que fue una evaluación profunda de mi propia historia vocacional, una evaluación que me permitió sincerarme conmigo misma y también con mi grupo, donde podíamos ver qué viví y qué no viví desde una memoria agradecida.

Dentro de mi le daba gracias a Dios por mis primeros pasos de formación, porque me han permitido vivirlos a profundidad y acompañada de él y de las hermanas que me han venido acompañando.

Por otro lado, titulo este escrito así porque realmente fue un oasis para mi vida, me permitió regresar a la fuente, tener en mis manos las respuestas que voy dando y confrontarlas. Es por esto, que te doy gracias mi Jesús, porque te vales de muchas mediaciones para hacerte presente, porque nos hablas continuamente y porque simplemente nos amas como somos.

También en estos días recordaba esas raíces primeras de nuestra congregación y se me venía a mi cabeza la imagen de las chinitas abandonadas y me decía: esa fue la realidad de aquel tiempo, pero  ¿y ahora? ¿Quiénes son esas niñas chinas en mi día a día? ¿Cuál será esa respuesta radical y consciente que Dios me y nos está pidiendo como congregación?

· Que escucha las interpelaciones del mundo de hoy y da respuestas significativas, desde y con los pobres, a los nuevos retos.

Ante estas incógnitas Dios mismo iba respondiendo mediante los criterios cuando se nos dice que una MAR “escucha las interpelaciones del mundo de hoy y da respuestas significativas, desde y con los pobres, a los nuevos retos” y considero que allí es donde vamos a mirar nuevamente el rostro de estas niñas que nuestros fundadores cuidaron y amaron hasta el extremo.

¡Gracias, Señor, por el don de la formación, de la fraternidad y del carisma MAR!

Wenderlyng Reyes/Novicia MAR



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