LECTIO DIVINA DEL DOMINGO XXV DEL TIEMPO ORDINARIO DEL EVANGELIO SEGÚN SAN MATEO 20, 1-16
“PARÁBOLA DE LOS OBREROS DE LA VIÑA”
ORACIÓN AL ESPÍRITU SANTO
Ven, Espíritu Santo: Espíritu Santo Consolador, ven con tu fuerza y con
tu poder, que sin herir ni violentar, ofreces en la conciencia el susurro de lo
que es bueno y mejor, para bien de cada persona y de la comunidad humana.
Ven, sobre todo, a lo más íntimo de nuestro ser, donde se experimenta la
turbación, el sinsentido, la desesperanza, la tristeza, el desánimo, el dolor y
las lágrimas secretas. ¡Son tantos los que lloran sin que los mire nadie! ¡Son
tantos los heridos de la vida que se creen incurables! ¡Son tantos los que
piensan que no tiene remedio su dolencia!
CONTEXTO
Esta parábola se desarrolla a las afueras de
Judea a la otra orilla del Jordán, la gente se le acerca llevando a sus
enfermos, también los fariseos haciéndole preguntas, a la par de esta catequesis
a la gente, de igual forma les da una catequesis a sus discípulos acerca de la
recompensa o las consecuencias de aquellos que lo siguen y con estas palabras
los últimos serán los primeros y los primeros serán los últimos, da un
preámbulo a la parábola y con las misma la termina.
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos
esta parábola: El reino de los cielos se parece a un propietario que al
amanecer salió a contratar jornaleros para su viña. Después de ajustarse con
ellos en un denario por jornada, los mandó a la viña. Salió otra vez a media
mañana, vio a otros que estaban en la plaza sin trabajo, y les dijo: “Vayan
también ustedes a mi viña, y les pagaré lo debido”. Ellos fueron. Salió de
nuevo hacia mediodía y a media tarde e hizo lo mismo. Salió al caer la tarde y
encontró a otros, parados, y les dijo: “¿Cómo es que están aquí el día entero
sin trabajar?” Le respondieron: “Nadie
nos ha contratado”. Él les dijo: “Vayan también ustedes a mi viña”.
Cuando oscureció, el dueño de la viña dijo al capataz: “Llama a los jornaleros
y págales el jornal, empezando por los últimos y acabando por los primeros”.
Vinieron los del atardecer y recibieron un denario cada uno. Cuando llegaron
los primeros, pensaban que recibirían más, pero ellos también recibieron un
denario cada uno. Entonces se pusieron a protestar contra el amo: “Estos
últimos han trabajado sólo una hora, y los has tratado igual que a nosotros,
que hemos aguantado el peso del día y el bochorno”. Él replicó a uno de ellos:
“Amigo, no te hago ninguna injusticia. ¿No nos ajustamos en un denario? Toma lo
tuyo y vete. Quiero darle a este último igual que a ti. ¿Es que no tengo
libertad para hacer lo que quiera en mis asuntos? ¿O vas a tener tú envidia
porque yo soy bueno?” Así, los últimos serán los primeros y los primeros serán
los últimos.
¿QUÉ DICE EL TEXTO?
Esta parábola es una comparación al reino de los cielos, con un señor que necesita de trabajadores para sus tierras y para que haya quienes trabajen él sale a buscarlos, no se queda en su casa a esperar que alguno llegue pidiendo trabajo, y dice que sale muy temprano porque el trabajo así lo requiere y cuando encuentra jornaleros llegan a un acuerdo mutuo y los envía a trabajar, después sale de nuevo en busca de más trabajadores e hizo lo mismo a mediodía, a media tarde y al caer la tarde, porque los primeros no se dan abasto para el trabajo y para que se pueda realizar todo es necesario de más jornaleros, al finalizar la jornada los llama para su paga, pero primero se la dio a los que llegaron de último y les pagó con la misma cantidad acordada con los que llegaron temprano.
Cuando pasaron los que llegaron primero,
pensando que les pagaría más, se llevaron la sorpresa al recibir lo acordado
desde el principio.
Esto generó un
malestar en ellos y le reclamaron al patrón, pero él sabiamente les recordó el
acuerdo al que habían llegado desde el principio. Además en ningún momento se
menciona un acuerdo con los otros, por eso les dice: ¿Es que no tengo libertad
para hacer lo que quiera en mis asuntos? ¿O vas a tener tú envidia porque yo
soy bueno?”
¿QUÉ ME DICE EL TEXTO?
Con esta parábola Dios me dice que es él quien
toma la iniciativa, es el primero en salir a buscarme pero solo me encuentro
con él si estoy en el lugar correcto, porque el que necesita trabajo también
sale a buscarlo y no se queda esperando a que lleguen a buscarlo en la
comodidad de casa, así también si me siento necesitada de Dios debo salir a
buscarlo y al momento de encontrarme con
él, se da el diálogo en el que me hace ver y comprender cómo es su seguimiento
para que después no vaya tomar la actitud de aquellos jornaleros que suponen
algo que no fue dicho desde el principio.
En un primer momento al parecer es una parábola
muy injusta porque siendo que los primeros han trabajado muchas horas y los
últimos apenas una hora de trabajo y se les paga lo mismo, es algo que
humanamente no comprendemos pero si vemos desde la mirada de Dios y de fe nos
damos cuenta que al igual que los primeros y los últimos tienen las mismas
necesidades, y esto me hace ver la
grandeza de su generosidad para con todos sin tener en cuenta quien llega
primero o de último sino la necesidad que cada uno tiene de su amor, perdón,
salvación, etc.
¿QUÉ ME HACE DECIR EL TEXTO?
Y ante esta situación en la que nos encontramos
cada uno, comienzo a comprender el verdadero sentido esta parábola, en que el
Señor me enseña y nos enseña ver la necesidad del otro, a ponerme en actitud de
disposición en trabajar en su viña atendiendo lo más prioritario primero en mi
vida para poder ver y ayudar a mis hermanos en sus prioridades especialmente en
lo espiritual, y poder decirle a Dios, Señor aquí estoy llámame a trabajar en
tu viña sin mirar el tiempo y la extensión del trabajo a no comparar mi trabajo
con la de mi hermano, a no creerme más o indispensable en la tarea que me
encomiendas día a día, enséñame a ser generoso así como lo eres conmigo. Que
verdaderamente sepa ser humilde y hacer mi tarea con humildad.
Cruz M. Ajpacajá
Novicia MAR
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