COMENTARIO DE SAN AGUSTÍN SOBRE EL CIEGO DE JERICÓ

TEXTO BÍBLICO
Evangelio de san Lucas 18, 35 – 43.

35 Cuando se acercaba a Jericó, había un ciego sentado al borde del camino pidiendo limosna. 36 Al oír que pasaba gente, preguntaba qué era aquello; 37 y le informaron: «Pasa Jesús el Nazareno». 38Entonces empezó a gritar: « ¡Jesús, hijo de David, ten compasión de mí!». 39 Los que iban delante lo regañaban para que se callara, pero él gritaba más fuerte: « ¡Hijo de David, ten compasión de mí!». 40Jesús se paró y mandó que se lo trajeran. Cuando estuvo cerca, le preguntó: 41 « ¿Qué quieres que haga por ti?». Él dijo: «Señor, que recobre la vista». 42 Jesús le dijo: «Recobra la vista, tu fe te ha salvado». 43 Y enseguida recobró la vista y lo seguía, glorificando a Dios. Y todo el pueblo, al ver esto, alabó a Dios.

NUESTRO ÚNICO EMPEÑO EN ESTA VIDA

—Así, pues, hermanos míos, todo nuestro empeño en esta vida ha de consistir sanar el ojo del corazón para ver a Dios. El ojo del corazón, cuando está herido y oscurecido, él mismo se aparta de la luz de la justicia y no se atreve a contemplarla, ni puede hacerlo. ¿Que turba el ojo del corazón? La codicia, la avaricia, la injusticia, el amor del siglo; esto es lo que turba, lo que cierra, lo que ciega el ojo del corazón. él te ha dado unos y otros ojos; sin embargo, tanto como amas los ojos exteriores, otro tanto descuidas el interior, que llevas averiado y ciego; y es para ti un sufrimiento el que tu Creador quiera mostrársete; un sufrimiento, sí, para tu ojo antes de ser curado y sanado. (San Agustín Sermón 88)

Es muy importante la comparación que hace San Agustín entre el ojo del cuerpo y el ojo del corazón. Muchas veces caemos en la ceguera espiritual, podemos estar muy sanos de cuerpo pero de espíritu habría que examinarnos.


El ciego de Jericó nos da un gran ejemplo de cómo debemos insistir en la búsqueda de la sanación, cómo con la fe se puede afrontar todo obstáculo que no nos deja ver a Dios. El Señor nos invita a que no nos acomodemos con nuestra ceguera y que no nos dejemos vencer por las adversidades que se puedan presentar en el transcurso de la búsqueda de la sanación.

Claudia Ramírez
Novicia MAR

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