SUPERSTICIONES QUE SE USAN PARA “EMPEZAR EL AÑO NUEVO”
Superstición viene del
latín, de la palabra superstitio, que a su vez procede
de: súper, encima; stare, permanecer. El sentido
etimológico, por tanto, nos lleva a todo aquello que está por encima de lo
establecido, lo que queda en la mente de la gente como algo sobreañadido.
Desde hace miles de años y en todos los rincones de la tierra se celebra el
advenimiento del Año Nuevo con ritos, superstición, tradiciones y leyendas para
todos los gustos, desde las relacionadas con los “amarres” para el amor hasta
las que se refieren a los viajes y mejoras económicas, aunque la fecha de esta
celebración varía de acuerdo con las culturas y regiones.
La fiesta comenzó en
la antigua Babilonia (hoy Irak) alrededor del año 2000 a. C. sin embargo, la
festividad del Año Nuevo para los babilonios se realiza cerca del final de que
hoy es marzo, un tiempo lógico para empezar el año, ya que el invierno había
terminado y empezaba la primavera con su nueva vida y los cultivos se plantaban
para el año siguiente.
Los ritos son diversos, son comúnmente bien aceptados en
la sociedad, sobre todo porque se les agrega un toque de humor,
entretenimiento, risas y buen ánimo. Así como hay quienes lo practican también
hay muchos que no llevan a cabo ninguno de estos rituales, pues aseguran que lo
más importante es la confianza en Dios.
¿QUÉ OPINA LA IGLESIA CATÓLICA SOBRE LAS SUPERSTICIONES?
El Catecismo de la
Iglesia Católica nos enseña que la superstición es un pecado contra el Primer
Mandamiento. La
superstición es la desviación del sentimiento religioso. Puede afectar también al culto que damos al verdadero Dios. Atribuir su
eficacia a la sola materialidad de las oraciones o de los signos sacramentales,
prescindiendo de las disposiciones interiores que exigen, es caer en la
superstición.
Jesús en su evangelio
nos enseña que el Padre sabe lo que necesitamos y no tenemos que fijar nuestra
fe en objetos y ritos paganos, sino en Jesucristo Camino, Verdad y Vida. (Lc.
12, 22- 31).
El peligro de las
Supersticiones:
El peligro de estas prácticas es que nos lleva al olvido de
Dios, a reconocer que es él quien dispone y nosotros debemos abandonarnos en su
divina providencia.
Algunas de ellas:
-Nevera y carteras llenas, para
atraer abundancia.
-Comer lentejas, para un año
próspero.
-Barrer a medianoche, para expulsar las malas vibras.
-Usar algo rojo, trae prosperidad
en el amor.
-Dejar unas maletas en la puerta o
pasear con ellas en la calle, te traerá viajes durante todo el año.
Está claro que como cristianos
católicos no debemos practicar este tipo de supersticiones o cábalas, pues
estaríamos cayendo en idolatría y por tanto pecando contra el primer
mandamiento de la ley de Dios. Así que, en vez de creer en estas cosas pongámonos
en las manos del Señor.
Claudia Puac
Novicia MAR
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