TODOS SOMOS DIFERENTES
“Todos
somos diferentes” y por tanto “no hay uno que sea igual que otro”, “las
diferencias son las riquezas”: “Yo tengo una cosa, y tú otra, y así hacemos
algo grande”, Papa Francisco.
En las calles de las ciudades nos
encontramos constantemente con personas con alguna condición o situación en
particular y por lo general, tenemos una reacción casi mecánica de rechazo, o
por el contrario, nos quedamos viendo la mayor parte del tiempo sólo por
curiosidad, lamentablemente no es para tenderle la mano o para darle un gesto
de cariño y respeto, tampoco nos detenemos a ver cuáles son sus capacidades, actitudes
e incluso dificultades para ayudarlos a desarrollarse normalmente.
Que no seamos nosotros los que pongamos
las discapacidades a estas personas, que sepamos aprender de ellos, cada día
luchan contra corriente para alcanzar sueños y proyectos, no los dejemos en la
oscuridad del olvido o en la marginación, porque es atentar contra su dignidad
y sus derechos.
Antes de fijarnos en la discapacidad
física de una de estas personas primero revisemos nuestras discapacidades ya
sean mentales, sentimentales, de estructuras, etc. que nos impiden ver las
grandes cosas que podemos hacer pero por miedo al que dirán o por no tener
confianza en sí mismo, los dejamos de hacer y nos vamos poniendo innumerables prejuicios,
mientras que ellos nos demuestran que no hay discapacidad física que impida
vivir con alegría alcanzando las metas trazados y proyectos propuestos.
Por eso el Papa Francisco nos dice:
“Se
trata de hacer crecer una mentalidad y un estilo que quite los prejuicios, las
exclusiones y marginaciones, favoreciendo una efectiva fraternidad en el
respeto de la diversidad que hay que apreciar como un valor”.
Cruz M. Ajpacajá
Novicia MAR
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