LECTIO DIVINA, PRIMER DOMINGO DE CUARESMA CICLO B, San Marcos 1,12-15

«Se ha cumplido el tiempo y está cerca el Reino de Dios. Conviértanse y crean en el Evangelio»



INVOCACIÓN AL ESPÍRITU SANTO



CONTEXTO 


Queridos hermanos,  empezamos un nuevo período en el tiempo litúrgico: «La Cuaresma».  La cual comenzó  el miércoles de ceniza y finalizaría el Jueves Santo. Son cuarenta días de preparación para la celebración central del cristianismo: La Pascua.
En este tiempo cuaresmal estamos invitados a la conversión y a ajustarnos al Evangelio, a renunciar a las tentaciones de la vida, ya que desde nuestro Bautismo nos comprometimos a dejar  las seducciones del demonio y a hacer del Evangelio nuestra norma de vida.

En este primer domingo de cuaresma  San Marcos nos presenta a Jesús pasando cuarenta días en el desierto impulsado por el Espíritu, después de ser bautizado por Juan en el Jordán.
Estando allí fue tentado por satanás pero una vez vencida la tentación empezó su misión: “Se ha cumplido el tiempo y está cerca el Reino de Dios”.


TEXTO

Del evangelio de San Marcos  1, 12-15.



¿QUÉ DICE EL TEXTO?

El Evangelio de hoy es muy corto, pero muy rico en enseñanza por lo que vale la pena detenernos un momento en la primera frase: “El Espíritu empujó a Jesús al desierto, y se quedó en el desierto cuarenta días”. Podemos decir que esto es la cuaresma: Cuarenta días de desierto.

El desierto; es un lugar donde no hay nada, ni lo más elemental. Allí se sufre todo tipo de incomodidades: La sed, el calor, las inclemencias del tiempo, los cambios bruscos de temperatura y las molestias de la arena. Es un lugar solitario y silencioso, es lo contrario al ruido, al consumismo, a la vida fácil y placentera.

Esta realidad física del desierto lo podemos comparar con la realidad de nuestra vida espiritual: Como lugar de desprendimiento, una invitación a la austeridad para poder retornar a lo esencial que es DIOS.

Muchos le huimos a los momentos de desierto porque eso significa dolor, sufrimiento y a nadie le gusta sufrir,  pero hoy, Jesús nos muestra que es  allí  en donde el hombre experimenta su fragilidad y sus propias limitaciones, pero que es el escenario más apropiado para la búsqueda y el encuentro personal con Dios.

¿QUÉ ME DICE EL TEXTO?

Este pasaje de la Biblia es sin duda alguna una lección más para aprender y ponerla en práctica en mi vida espiritual, porque como creyente y seguidora de Jesús debo tener en cuenta que a lo largo de mi vida tendré que enfrentarme  a los conflictos  espirituales en el que seré tentada y mi fe será probada constantemente. Por eso en esta cuaresma el Señor me invita a tomar decisiones radicales: O con Cristo o con Satanás, con el bien o con el mal. Arrepentimiento no es otra cosa que cambiar de conducta y de mentalidad, examinar el camino que estoy siguiendo para poder volver al camino de la Vida.

El Señor me invita a dedicarme a la oración como lo hizo él estando en el desierto para quitar de mi camino los obstáculos del enemigo, porque entre más quiero dedicarme a las cosas de Dios es cuanto más obstáculos encuentro en mi camino. Tener en cuenta la oración antes de empezar cualquier actividad  de cada día o antes de dedicarme a cualquier misión.

¿QUÉ LE DIGO YO A DIOS?
Señor, tú que fuiste tentado cuando hacías oración, cuando buscabas prepararte antes de salir a hacer la voluntad de tu Padre, tú que no fuiste vencido por las tentaciones y obstáculos de Satanás, te pido que yo también pueda tener estas actitudes, esta fortaleza en los momentos de desierto en mi vida, no permitas que evite el sufrimiento, el dolor, las tentaciones,  sino más bien concédeme la fortaleza de poder resistir a las seducciones del enemigo, que pueda tener un verdadero arrepentimiento, un giro total en mi vida y  volver a ti único Dios verdadero.
Que en este tiempo de cuaresma, sea un tiempo de desierto en mi vida, donde la oración sea lo primordial, que sepa renunciar a todo lo exterior para acoger en mi interior tu santa voluntad.


Claudia Puac
Novicia MAR

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