LECTIO DIVINA: DOMINGO XIIl DEL TIEMPO ORDINARIO, CICLO B. MC 5, 21-43


INVOCACIÓN AL ESPÍRITU SANTO 
Ven, Espíritu Santo, a mi corazón.
Mira mi alma vacía sin ti.
Ven a habitar en mi corazón poseyéndolo hasta hacerlo todo tuyo.
Ven, Espíritu, a santificar.
Llena de luz todo lo que está  en la oscuridad.
Llena de paz todo lo que está inquieto.
Llena de consuelo toda herida.
Lléname de ti que eres el mayor don. Amén”.

CONTEXTO
En este día la liturgia nos presenta nuevamente al evangelista San Marcos, en donde nos da a conocer  la fe como el medio para ser devueltos a la vida,  en el contexto encontramos hoy a dos mujeres: la hemorroisa y la hija de Jairo, quienes se encontraban “muertas” en una situación en la que la vida era oculta y triste. Jesús nos demuestra que no solo nos puede devolver la salud, sino que también  es el dueño de la vida y que si nos acercamos a él con humildad queriendo sinceramente encontrarlo, podremos recobrar la vida que perdura con firmeza en la fe.

TEXTO: MC 5, 21-43



¿QUÉ DICE EL TEXTO?
Hoy vemos dos relatos en los que encontramos que el poder de Jesús  no tiene límites, Él es capaz de transformar desde las pequeñas cosas, hasta dar vida donde solo hay muerte.
El texto inicia diciendo que Jesús atraviesa en la barca a la otra orilla y que allí se reúne una gran cantidad de personas, esto hace ver que el gentío estaba observando a Jesús para saber qué era lo que él hacía.

Encontramos a Jairo uno de los jefes de la sinagoga que lo ve y cae a sus pies para suplicarle que sanara y diera vida a su hija que estaba al borde de la muerte, Jesús ve en este hombre la fe tan grande que tiene en él y decide acompañarlo para ayudarle en su sufrimiento.

La gente que estaba junto a Jesús decide también emprender el camino por donde Él se dirige, entre todos se encuentra una mujer que hace más de doce años, sufre de una fuerte enfermedad (flujos de sangre), ella había escuchado hablar de Jesús y decide tocarle el borde del manto, queriendo no llamar la atención pero convencida que iba a ser curada.

Jesús siente que una fuerza muy grande ha salido de él y decide preguntar quién lo ha tocado, la mujer se siente atemorizada pero decide acercarse, cae a sus pies y le cuenta toda la verdad, Jesús al ver sus intenciones le dice que se vaya en paz ya que por su fe ha sido curada.

Cuando continúan el camino, le comentan a Jairo que la niña ha muerto pero Jesús le dice que no tuviera miedo sino fe y al llegar a la casa les dice a los presentes que la niña no ha muerto sino que está dormida y cuando llegó al lugar donde se encontraba la niña le dice: levántate niña a ti te ordeno, allí mismo ella se levantó y continuo su vida.

¿QUÉ ME DICE EL TEXTO?
Hoy estoy llamada a tocar a Jesús, sintiendo en Él la fuerza del amor y a dejarme transformar por su maravillosa acción. Soy invitada a postrarme a sus pies y allí descubrir el don de la verdad que lo hace nuevo todo, que me devuelve la vida y me lleva a ser generosa en mi respuesta con los demás. Él me dice a mi como a la niña: levántate o como a la mujer: vete en paz y esto me conforta ya que puedo sentir que siempre estoy acompañada, llena del Señor.


¿QUÉ LE DIGO YO A DIOS?
Gracias Señor porque me haces sentir que después de cada encuentro contigo ya no soy la misma, eres tú mi amigo, el que me transforma y me hace iniciar de nuevo, deseando que yo sea mejor en cada momento. Gracias Señor de la vida, por tu cercanía conmigo y porque me renuevas por completo en cada madrugada.

Diana Gómez
Novicia MAR






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