72 AÑOS DE HISTORIA MAR
Hoy 18 de enero la familia Misionera Agustina
Recoleta nos encontramos de fiesta, cumpliendo 72 años de aprobación
diocesana.
Vamos a recordar un poco de historia:
En el año 1930 Monseñor Francisco
Javier Ochoa, sale de Kweitehfu, China en busca de misioneras para
llevarlas a la Misión y así cuidar las niñas de la Santa Infancia, formar
a las Catequistas de Cristo Rey, (que serán las futuras religiosas) y
evangelizar a las personas de aquella población.
En el año 1931 ya están las tres misioneras
que se han ofrecido para responder a la nueva llamada que Dios les hace:
Convento del Corpus Christi de Granada: Madre
Ángeles García de San Rafael y Madre Carmela Ruiz de San Agustín.
Convento de la Encarnación de Madrid:
Madre Esperanza Ayerbe de la Cruz.
Después de una larga travesía llegan a la
misión tan esperada de Kweitehfu, en donde las tres madres comienzan a entregar
su vida al servicio de la misión.
Pasados nueve años las Madres Esperanza y
Carmela se regresan a España con el fin de formar un noviciado para así poder
enviar jóvenes a la Misión ya que Mons. Ochoa lo había planteado de esa manera.
Mientras tanto Madre Ángeles continúa la
fuerte labor con las niñas de la Santa Infancia.
Pasadas largas luchas Monseñor logra fundar
la Congregación de Agustinas Misioneras Recoletas Hijas de María y así
desligarse de las hermanas de filipinas.
Más adelante Monseñor Ochoa elabora las
constituciones y entrega a las Madres el Escudo con el lema: SOLI DEO
HONOR ET GLORIA (SOLO A DIOS HONOR Y GLORIA).
Luego de muchas diligencias y papeleos el 18
de enero de 1947 llegó una gran noticia: la aceptación de la erección de la
congregación Agustinas Recoletas Misioneras de María.
Actualmente somos conocidas como Misioneras
Agustinas Recoletas (MAR) y nos encontramos en 10 países (España, China,
Colombia, Brasil, Venezuela, Argentina, Ecuador, Perú, México, Cuba )
Damos gracias Dios por este carisma que ha
regalado a la Iglesia y le pedimos que cada día busquemos agradarlo
profundamente con todo el amor de nuestro corazón.
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