CONVERSIÓN ECOLÓGICA: COMUNIDAD DE LAS CRIATURAS
Existimos
en el mundo; somos naturaleza y pertenecemos a ella. También somos historia; la
protagonizamos y la sufrimos. Somos creación y criaturas de Dios en un largo
proceso de evolución. En este momento la humanidad vive un giro histórico.
“Este cambio de época se ha generado por los enormes saltos cualitativos,
cuantitativos, acelerados y acumulativos que se dan en el desarrollo científico,
en las innovaciones tecnológicas y en sus veloces aplicaciones en distintos
campos de la naturaleza y de la vida” (EG 52). Somos personas capaces de
responsabilizarnos del planeta, comunidad con todas las criaturas. Se trata de
situarse en la Iglesia desde una visión ecológica integral; el planeta es
nuestra casa y estamos llamados a hacerlo la casa común para todos los pueblos.
En la
creación todo está interconectado. Son hilos sutiles, no del todo conocidos.
Pero se sabe lo suficiente para entender que todos los vivientes formamos una
biocenosis, que el planeta tierra es nuestra casa común.
La
crisis que vive el planeta apela a nuestra conciencia ecológica. Requiere
cambios que parten del interior del corazón. “La crisis ecológica es un llamado
a una profunda conversión interior” (LS 217). Hay cristianos que no la toman en
serio. Hay otros que se muestran pasivos a la hora de cambiar. No basta el
cambio en el plano individual; es menester que la conversión para afrontar los
retos del cuidado de la creación sea realmente una conversión comunitaria.
Implica toda una revolución cultural que tiene entraña teológica. La
experiencia de la gracia de Dios y de la gratitud por la salvación recibida se
explicita en la relación con los hermanos y con todas las criaturas que nos
rodean.
Es
preciso escuchar el grito de la tierra y de los pobres. Ese grito nos revela de
nuevo la vigencia de memorables valores como la sobriedad, la capacidad para
gozar con las pequeñas cosas, la convicción de que en este terreno “menos es
más”. La ecología integral conlleva el cultivo de la capacidad de asombro y de
sorpresa, la paz interior y la armonía con la creación, contemplada como el
gran libro del amor y bendición de Dios.
Yessica
Victoria, Novicia MAR
Comentarios
Publicar un comentario