LECTIO DIVINA DOMINGO lll DEL TIEMPO PASCUAL - CICLO A, EVANGELIO SEGÚN SAN LUCAS 24, 13-35


«LO RECONOCIERON AL PARTIR EL PAN» 

INVOCACIÓN AL ESPÍRITU SANTO
Ven, Espíritu Santo,
llena los corazones de tus fieles,
y enciende en ellos el fuego de tu amor.
Envía tu Espíritu Creador
y renueva la faz de la tierra.
Oh Dios,
que has iluminado los corazones de tus hijos
con la luz del Espíritu Santo;
haznos dóciles a sus inspiraciones
para gustar siempre el bien
y gozar de su consuelo.
Por Cristo nuestro Señor.
Amén.
CONTEXTO:
Queridos hermanos la palabra de este día nos invita a profundizar en los efectos de la Resurrección, como un regalo que da sentido a nuestra vida.  Los discípulos de Emaús pasaron de una fe apática a un seguimiento afectivo y experiencial que los llevo a percatarse de la presencia de su Maestro cuando repitieron el gesto con el cual Jesús les revelo su Misión como Mesías: partir el pan; tal hallazgo provoca fuego en las entrañas, pues al entender la misión de su Maestro se reencontraron con su propia misión y lograron entender que Cristo estaba vivo. Después, Él desapareció, lo que indica que sentían a Jesús vivo en su interior. Por ello, solo podremos reconocer a Cristo vivo y presente cuando nos atrevamos a ser como Él: Pan para todos.
TEXTO
Lectura del Santo Evangelio según San Lucas 24, 13-35
¿QUÉ DICE EL TEXTO?
• Lc 24,13-24: 1º Paso: partir de la realidad. Jesús encuentra a dos amigos en una situación de miedo y de falta de fe. Las fuerzas de la muerte, la cruz, habían matado en ellos la esperanza. Era la situación de mucha gente en tiempo de Lucas y sigue siendo la situación de mucha gente hoy. Jesús se acerca y camina con ellos, escucha, habla y pregunta: "¿De qué estáis hablando?" "Nosotros esperábamos que sería él el que iba a liberar…, pero...". ¿Cuál es hoy la conversación del pueblo que sufre? El primer paso es éste: aproximarse a las personas, escuchar su realidad, sentir sus problemas; ser capaz de plantear preguntas que ayuden a las personas a mirar la realidad con una mirada más crítica.

• Lc 24,25-27: 2º Paso: usar la Biblia para iluminar la vida. Jesús usa la Biblia y la historia del pueblo de Dios para iluminar el problema que hacía sufrir a los dos amigos, y para aclarar la situación que ellos estaban viviendo. La usa, asimismo, para situarlos dentro del proyecto de Dios que venía de Moisés y de los profetas. Y así les muestra que la historia no se había escapado de la mano de Dios. Jesús usa la Biblia no como un doctor que ya sabe todo, sino como un compañero que va a ayudar a los amigos para que recuerden lo que habían olvidado. Jesús no provoca un complejo de ignorancia en los discípulos, pero procura despertar en ellos la memoria: “Cuanto os cuesta creer todo lo que anuncian los profetas.”
El segundo paso es éste: con la ayuda de la Biblia, ayudar a las personas a descubrir la sabiduría que ya existe dentro de las mismas, y transformar la cruz, señal de la muerte, en señal vida y de esperanza. Aquello que les impedía caminar, se vuelve ahora fuerza y luz en la caminada. ¿Cómo hacer esto hoy?

Lc 24,28-32: 3º Paso: compartir en la comunidad. La Biblia, de por sí, no abre los ojos. Apenas hace arder el corazón. Lo que abre los ojos y hace ver, es la fracción del pan, el gesto comunitario del compartir, rezar juntos, la celebración de la Cena. En el momento en que los dos reconocen a Jesús, ellos renacen y Jesús desaparece. Jesús no se adueña de la caminada de los amigos. No es paternalista. Resucitados, los discípulos son capaces de caminar con sus propios pies.
El tercer paso es éste: saber crear un ambiente de fe y de fraternidad, de celebración y de compartir, donde pueda actuar el Espíritu Santo. Es él quien nos hace descubrir y experimentar la Palabra de Dios en la vida y nos lleva a entender el sentido de las palabras de Jesús (Jn 14,26; 16,13).

Lc 24,33-35: 4º Paso: El resultado: Resucitar y volver a Jerusalén. Los dos recobran valor y vuelven a Jerusalén, donde continuaban activas las mismas fuerzas de muerte que habían matado a Jesús y que habían matado en ellos la esperanza. Pero ahora ha cambiado todo. Si Jesús está vivo, entonces en él y con él hay un poder más fuerte que el poder que le mató. Esta experiencia ¡los hace resucitar! ¡Realmente todo mudó! ¡Valor, en vez de miedo! ¡Retorno, en vez de ida! ¡Fe, en vez de falta de fe! Esperanza, ¡en vez de desesperación! Conciencia crítica, ¡en vez de fatalismo frente al poder! Libertad, ¡en vez de opresión! En una palabra: ¡vida, en vez de muerte! ¡En vez de la mala noticia de la muerte de Jesús, la Buena Nueva de su Resurrección! ¡Los dos experimentarán la vida, y vida en abundancia! (Jn 10,10). ¡Señal del Espíritu de Jesús actuando en ellos! 
¿QUÉ ME DICE EL SEÑOR?
La palabra de Dios en este día, me fortalece, me da esperanza y confianza, pero también me invita a revisar mi propia vida.
Jesús se aparece a estos dos discípulos en el camino y se hace uno con ellos, luego cuando reparte el pan se hace uno para ellos, este es un signo bellísimo, ya que Él no nos deja a la deriva, sino que nos ayuda a esclarecer las dudas, a quitar los miedos y a ser libres, para que esta experiencia que se tiene en Él no sea llevada a la nada, sino, que sea compartida y si en algún momento se tiene  que desandar el camino recorrido, ninguna duda puede disipar la experiencia que se ha tenido de corazón a corazón con el Maestro.
¿QUÉ LE DIGO YO AL SEÑOR?
Te pido perdón Señor porque muchas veces no se reconocerte en mi vida, porque, aunque tu caminas conmigo, a mi lado, yo sigo enceguecida e n mi propio “yo”. Pero te agradezco con todo mi corazón por tu fidelidad, por permanecer a mi lado y mostrarme tu infinito amor, que se desborda sin mediada y enciende mi corazón en deseos de entregarme sin miedo a tu plan de amor.

Fuentes:
Minutos de amor.
Diana Gómez
Novicia MAR


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