Dame Señor lo que Mandas, Y Manda lo que Quieras
Te doy gracias Señor por tantas
bendiciones con que has colmado a mi pobre corazón, durante
los Ejercicios Espirituales Agustinianos del 23 al
28 del mes de enero en el desierto de la Candelaria de los Padres
Agustinos Recoletos. Gracias también por nuestra Maestra Nieves Mary que nos
dio el Retiro; gracias por su entrega incondicional y su generosidad hacia las
novicias para tener un buen discernimiento en el seguimiento de Cristo hasta el
final. Gracias Señor porque una vez más me muestras tu infinita misericordia y
tú amor para conmigo y con cada una de mis hermanas de comunidad.
Y qué bonito contemplar la naturaleza
desde ese silencio llena de paz y armonía para poder encontrarme conmigo misma
y entrar en esa sintonía de escucha para sentir la presencia de Dios
en mi corazón a través de su Palabra y el pan de la Eucaristía.
Durante la experiencia vivida en
el Desierto vimos varios temas en los cuales destaco algunos de los que más me
llegaron al corazón y en mi vida espiritual: Interroga a tu corazón, los tres
peligros y tres medicinas: aquí nos habla sobre el texto del Eclesiástico 2,
1-18. (Hijo si te acercas a servir
al Señor, prepara tu alma para la prueba). De
alguna manera el Señor me invita a prepararme en las situaciones difíciles que
se atraviesan en el camino porque hay bajadas y subidas, por eso el Señor me
dice ten fe y confianza que todo es posible en el seguimiento de Cristo; de ahí
la importancia de adherirse más a él y disponerle todo el
corazón en la entrega total de cada día y con el amor de Nuestro Señor
Jesucristo, a través de la oración que es la fuente y mi centro de
vida.
En la vida encontramos tres peligros; el no decirnos la verdad que muchas veces no nos hace libres en nuestra
opción de vida, porque fácilmente nos engañamos a nosotros mismos y
enmascaramos nuestros propios autoengaños; en este caso necesitamos para llegar
a un buen discernimiento la conversión del corazón. Nuestros deseos desordenados, el camino ancho, que todo lo quiere fácil en las decisiones de la
vida, y fácilmente estamos muy perdidas porque no tenemos a Dios en nuestros
corazones. La soberbia que solo quiere mantener honores que
soy importante pues nunca llegamos a hacer libres y felices porque seguimos
metidas en nuestro yo y nunca amamos a Dios.
Por eso nos plantea tres medicinas: primero que requiere humildad delante del Señor y que me
quiere decir humillarme más en el servicio y a llegar a descubrir la
voluntad de Dios en nuestras vidas, luego llevar la cruz que
es el camino del seguimiento de Cristo, con la esperanza de la vida y
resurrección.
Vemos también que detrás de la cruz
hay vida, esperanza y sobre todo amor; todo esto me lleva a asumir las
dificultades de cada día, porque Cristo es el que me acompaña en cada momento
de mi vida para estar más de cerca y también es el que me anima para seguir
sirviendo y respondiéndole con generosidad y valentía.
Gracias Señor porque la oración es
la que me sostiene y me fortalece en mi peregrinar día a día. Y deseo vivir en continuo
discernimiento para poder llegar a la meta que es descubrir la voluntad de Dios
en mi vida y darle así la mayor honra y gloria.
Juana Maricela Hernández/Novicia
Mar.
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