JESÚS NOS SIGUE CUESTIONANDO…

¿Aún no tienen fe?

En el Evangelio de San Marcos  (4, 35- 41), se nos relata un episodio particular en el que los discípulos que tenían ya tiempo de compartir con Jesús  y de saber que Él se encontraba con ellos, dudan y se angustian sus corazones en medio de la tormenta, van y lo despiertan, enseguida hace callar a la tormenta y los cuestiona por la actitud que tienen, pues para entonces ya era para que supieran que quién está con Él no corre riesgo, pues es un Dios fiel que no abandona a los que lo siguen.

Esto les pasó a los discípulos hace más de dos mil años, pero es importante tener en cuenta que hoy en día el Señor nos sigue cuestionando como los cuestiono a ellos, ya que ninguno de nosotros puede decir que  no tiene dificultades en su vida o que todo está marchando a la perfección, tampoco significa que estamos para morirnos de tantos problemas que nos angustian, ya que "Dios no manda cosas imposibles, sino que, al mandar lo que manda, te invita a hacer lo que puedas y pedir lo que no puedas y te ayuda para que puedas” (San Agustín).
Por  eso es necesario saber de qué manera podemos salir adelante en medio de todo.


Muchas veces pasa que uno mismo se encarga de crear su propio tormento o sus propias tempestades como dijo el sacerdote terciario Capuchino en una de sus homilías: cada uno nos armamos nuestras propias películas en nuestro diario vivir, haciendo suposiciones con las cosas que vemos, escuchamos o sentimos hacia la otra persona. Pasa que cuando alguien hizo tal cosa, suponemos que lo hizo de maldad, por hacernos sentir mal, o cuando alguien que no nos cae tan bien va y nos lleva el mejor detalle nos decimos a nosotros mismos ¡qué cínico o que cínica! Nosotros sufriendo o cargando con el peso y la otra persona a veces ni se entera de eso.


Son cosas que nos pueden ocurrir a diario, pero ese no es el problema, el problema está en si nos quedamos con ellas, es decir, en esas películas que nos armamos de la otra persona. A veces sabemos que eso es lo que nos hace daño y aun así le seguimos dando mil vueltas al asunto, eso tiene un nombre -decía el Padre- y es el “querer estar mal”.

Cuando nos pasan estas cosas en nuestra vida, no podemos dejar que esto nos haga perder de vista que el Señor prometió estar con nosotros todos los días hasta el fin de los tiempos (Mt. 18, 19), por lo tanto el dudar en momentos de fuego o tormentas como los discípulos es muestra que aún no tenemos una fe muy fuerte.


Hay que buscar ayuda en el Señor a través de la oración, la Eucaristía, los sacramentos, etc. y procurar no buscarlo donde no debemos.
  
¡¡SEÑOR CREEMOS PERO AUMÉNTANOS LA FE!!
Claudia Puac
Novicia MAR

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