¿CÓMO PUEDO VIVIR UNA AUTÉNTICA CUARESMA? (lll PARTE)
5. Ayuno: mucho más que
dejar de comer
No
se trata de suprimir todos los alimentos y andar gritando a los cuatro vientos
que morimos de hambre porque estamos ayunando. El ayuno debe ser siempre ofrecido con
amor y humildad, en
el silencio del corazón. Ayunar no se trata solo de suprimir alguna
comida o alimento por el que tenemos especial preferencia. Podemos ayunar de
palabra y acción, tratar de no criticar tanto, de no decir malas palabras, de
hablar con más amor y bondad, de no mirar mal a ese vecino al que ya nadie se
aguanta, de hablarle a ese compañero de oficina al que todos ignoran, de
ofrecerte a hacer algún favor o de invitar a almorzar a ese familiar con el que
hace tanto no te hablas. Todo ofrecido como sacrificio amoroso al Padre. Todos
los viernes de Cuaresma la abstinencia esta mandada por la Iglesia.
6. La oración y la generosidad
La
Iglesia designa la limosna, junto al ayuno y la oración, como un remedio contra
el pecado. En nuestro tiempo la limosna se hace aún más necesaria. Tiempos en
el que lo material y el valor de las posesiones se hace excesivo, el dar
limosna es remedio para el alma. Dejar de mirarse uno mismo para salir a
auxiliar al más necesitado y no solo dar lo que nos sobra sino dar lo que nos
cuesta. Es necesario dar con sacrificio, renunciar a lo nuestro en favor de los
otros por amor a Dios mismo. La limosna necesita estar
presente en este tiempo de Cuaresma para ayudarnos a dejar de pensar en
nosotros mismos y entender cada vez más lo que significa entregarse por entero.
La oración será esa constante comunicación con Dios para que nos muestre el
camino y nos fortalezca durante nuestra vida.
7. Termina el día en que el verdadero sacrificio inicia…
La
Cuaresma culmina el Jueves Santo. Es el día en el que el tiempo de
preparación ha terminado y el verdadero sacrificio inicia. Renovados
por estos 40 días nos preparamos para continuar acompañando a nuestro Señor
rumbo al calvario. Nos hemos preparado para que nuestros corazones permanezcan
ardientes en el amor a Cristo y mediante su gracia podamos continuar junto a Él
el sacrificio de entregar la vida propia por amor.
«(…)
La Iglesia, nuestra madre y maestra, además de la medicina a veces amarga de la
verdad, nos ofrece en este tiempo de Cuaresma el dulce remedio de la oración,
la limosna y el ayuno» (Papa Francisco – Mensaje Cuaresma 2018)
Diana Gómez
MAR
Comentarios
Publicar un comentario